Nos queda navegar por las saladas aguas de derecha, nos queda remar por conseguir las antiguas aguas que a veces dulces o amargas con tranquilidad o bataholas nunca nos dejaron naufragar.
El pueblo verdadero supongo se dará cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Las esferas conservadoras que controlan económicamente nuestro país lo consiguieron. El capricho del sin duda muy capaz Sebastián Piñera se logró. ¿Pero que ganaremos nosotros cuando esta, su nueva empresa? Pienso en la represión, en un no a la píldora, en una baja en el impulso a la cultura, en un no respeto a las minorías, en la no libertad de expresión, en volvernos anticuados, en ser como años antes, esos años aquellos en los que felizmente no viví, en los que el temor era tu más probable aliado. Puedo escribir por esos años en los que la vida no me alcanzó, porque hay hechos, porque no fue en vano el sufrimiento de gente que quizás no conocí, pero que no me deja indiferente y que nadie me puede decir que no puedo opinar por ellos, porque yo digo que si puedo.
No cuestiono la capacidad de Piñera como economista, como su gran olfato para los negocios, pero nosotros, el Chile que queremos no es una empresa. Es una nación con un conjunto de personas, y es con ellas con las que se debe gobernar. Porque si el dinero hiciera la felicidad…
El nuevo gobierno, lleno de rostros jóvenes, el del cambio, el de la Alianza por Chile, que por más que haya tenido votos con vueltas de chaquetas gobernará con Renovación Nacional [RN] y la Unión Demócrata Independiente [UDI]. ¿Qué muy bueno puede venir de un gobierno de derecha? ¿Podremos crecer al 6% prometido? ¿Llegarán esos millones de nuevos empleos? ¿Sebastián Piñera hará el fideicomiso ciego y entregará parte de su propio Chile? ¡Ay chilenos!, que día más negro. Luego se darán cuenta de lo que han hecho. ¡Ay Michelle!, que triste va a ser despedirte de esta forma.
Daniela Delgado-López
Corazón Socialista.
